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Foto del escritorBest Buddies Colombia

Dios mira hacia Tierrabaja

Actualizado: 30 mar 2022


Juan Diego Anchila Correa, el último de cinco hermanos, tiene 13 años y estudia 5 de primaria en el colegio de Tierrabaja, un corregimiento de La Boquilla, al norte de Cartagena, donde nació el 17 de diciembre de 2007.


A Juan Diego lo entrevistamos mediante una videollamada el 17 de agosto pasado. Estaba en su silla de ruedas, y aunque tiene alguna dificultad para hablar, se comunica bien y además tiene buen humor. En el quiosco de su casa, donde también estaban su mamá, papá, maestra y la representante del Instituto REI, entidad que atiende a Juan Diego, nos respondió nuestras preguntas.


Nos contó que sus asignaturas son Castellano, Ciencias Sociales, Ética, Educación Física y Matemáticas. Aunque nos dijo que el colegio lo aburre, su maestra, la Seño Ersilda Correa, nos contó que es amiguero, es bueno con los números y con la escritura, y en ambas materias suele corregir los errores de sus condiscípulos. A cambio, estos lo ayudan a superar su dificultad para escribir sin desbordar el espacio entre renglones. Además, juega al fútbol, deporte que nos dice es uno de sus pasatiempos favoritos, para lo cual se tira al suelo y golpea el balón con la cabeza y las piernas, con la complicidad de sus compañeros, quienes lo incluyen en sus partidos. Cuando está solo, se distrae jugando X Box y utilizando su teléfono celular. También es aficionado a ver Paw Patrol en la televisión.


Su mamá, doña Elvira Correa, nos dijo que le preocupa que desde que se inició la pandemia del COVID 19, a Juan Diego no le hacen sus terapias para mejorar su motricidad, tanto la gruesa como la fina, y también la del lenguaje.


Su padre, Juan Anchila, nos cuenta pue era un bebé normal y bien nacido, pero antes de cumplir 10 meses le dio “el mal” que lo discapacitó. Una fiebre y una diarrea, y lo que el señor Anchila califica como un mal médico en La Boquilla, se sumaron para que el niño convulsionara al séptimo día, sufriendo un derrame cerebral. El señor Anchila dice que lo declararon epiléptico sin serlo, y que él, bajo su responsabilidad, le quitó las medicinas para esa enfermedad sin que el entonces bebé tuviera resultados adversos.


El dolor de padre del señor Anchila es evidente al hablar de cómo su hijo enfermó y quisiera uno hacer cualquier cosa por aminorarle su desasosiego. Menos mal que Juan Diego ahora está en buenas manos y a pesar de todo parece un niño feliz.


Texto de Pedro L. Mogollón V.

Fotografía de Paula Jaramillo



El texto y la imagen hacen parte del Calendario Best Buddies Colombia 2022 - Historias de un año como ningún otro.



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